La vida de una joven escritora de guiones transcurre sin novedad hasta que se entrevista con el director de una productora para intentar venderle un proyecto cinematográfico basado en una antigua leyenda compostelana. La sombra de un mal incierto y escalofriante se cierne sobre ambos cuando el rico y exitoso productor descubre que el argumento del guión se asemeja de un modo inquietante a su propia vida. Este turbador enigma unirá a los dos personajes de un modo dramático en la resolución del misterio. Trece campanadas es una narración de terror y metafísica, entre la novela gótica y la de ideas; es una indagación sobre la memoria de una ciudad, Santiago, pero también sobre la borrosa frontera que delimita la realidad y la invención popular cuando el mal se vislumbra en un laberinto de espejos.
Esta es la sinopsis de la novela "Trece badaladas" de Suso de Toro que he leído en gallego. Lupe, como parte de ese mágico arsenal de actividades para subir nota que tiene, nos ha ofrecido una comparativa entre la novela y la película. Creo que no he hecho trabajo más obvio en mi vida.
Jacobo, un joven escultor, vuelve a su ciudad natal después de 20 años de ausencia. La razón de su regreso es la delicada salud de su madre, hospitalizada en un psiquiátrico. Allí se reencuentra con personas casi olvidadas, que le ayudarán a enfrentarse a una hechos de los que lleva media vida huyendo. Esto le llevará al centro de una pesadilla sin salida, en la que descubrirá algo terrible: es la pieza fundamental de un enigmático plan.
Jacobo no es escultor, es productor. Vive en La Alameda, Santiago, olvídate de Buenos Aires. Su familia entera murió, ¿qué es eso de que la madre está vivita y coleando en un psiquiátrico? ¡Venga ya!
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